jueves, 8 de agosto de 2013

Higinio Martínez: Político de izquierda de dicho, político de la derecha de hecho
















Jesús Tolentino Román 

En días pasados, apareció en algún medio de la prensa escrita, la tonante declaración de Higinio Martínez Miranda, flamante diputado local del Movimiento Ciudadano por el distrito de Texcoco.

Su pronunciamiento ocurrió con motivo de su visita al pueblo de Cuautlalpan, comunidad ésta junto a la cual se estableció la colonia antorchista Humberto Vidal, hace año y medio, en un predio denominado El Pimiango, con familias reubicadas por el gobierno del Estado de México que habitaban otro predio no apto para vivienda, conocido como Hidalgo y Carrizo.

Entre algunas expresiones que utilizó Higinio para referirse a la mencionada colonia y a mis compañeros antorchistas, están las siguientes: “Los antorchistas, digan lo que digan, invadieron el predio El Pimiango y el municipio de Texcoco no tiene la fuerza pública suficiente para desalojarlos”; no obstante, dice el abanderado de las causas populares, “sigo luchando para que se haga justicia… y toda esta gente busque en otro municipio donde vivir”.

La nota informativa añade que Higinio lamentó “el desalojo del predio Hidalgo y Carrizo por parte de elementos (policías) federales y estatales, a pesar de que habían casas de varios pisos y con años de antigüedad y lo más lamentable es que el gobierno del Estado de México le compró y regaló el predio (a los antorchistas)”.

Termina su intervención diciendo. “La autoridad y yo estamos al pendiente de que los ‘antorchistas’ pretendan perforar un pozo de agua, o conectarse a la red de drenaje de la comunidad, porque nadie, ni las autoridades auxiliares del lugar y menos las autoridades municipales darán permiso alguno… y seguiremos pugnando porque se cumpla el estado de derecho.

Así, fulminantemente, Zeus-Higinio dejó caer su rayo demoledor sobre mil quinientas familias de muy escasos recursos económicos. Como siempre, en aras de reivindicar la verdad y sabedores de que, como reza el adagio popular, “el que calla otorga”, nuevamente los antorchistas precisamos lo siguiente:

 Desde el punto de vista legal, miente descaradamente Higinio cuando nos acusa de “invasores”, puesto que los anteriores propietarios de los predios ocupados jamás han puesto ni pondrán ninguna denuncia en nuestra contra, por el delito de despojo, ya que fue cabalmente cumplido el convenio de compra-venta con ellos; por lo tanto, nuestros compañeros son los legales y legítimos propietarios de sus lotes.

2) El lote que ocupan los antorchistas no fue en regalo del gobierno del Estado, puesto que son familias reubicadas del predio Hidalgo y Carrizo, o sea, esta gente ya tenía su propio lote y su propia casa, lote que, con la reubicación, quedó en propiedad del gobierno estatal a manera de permuta. Por lo visto el señor diputado no entiende los elementales vocablos de ubicación y reubicación, o bien se hace el confundido, que para el caso da lo mismo.

3) Higinio asienta que en el paraje Hidalgo y Carrizo había construcciones de varios pisos y con años de antigüedad y dice que fueron desalojados. Esto es cierto. Pero lo que no dice Higinio es que estos asentamientos eran irregulares (Antorcha no los formó, sólo acudió al auxilio de las familias afectadas), ante lo cual se impone la pregunta: y Usted, señor diputado, cuando fue presidente municipal de Texcoco (periodo 2003-2006), ¿por qué dejó crecer este asentamiento irregular y jamás se preocupó por reubicarlos o regularizarlos? ¿por qué nunca les brindó el más elemental servicio público si, como afirma, tenían “años de antigüedad”? ¿no queda en entredicho su vocación de luchador social oponerse a que esta humilde gente sea reubicada por segunda ocasión, sólo porque Antorcha les ayudó a resolver su problema?

 4) Nótese que Higinio, que toda su vida ha navegado con bandera de izquierda, o sea, se supone que en provecho de los más humildes, se duele de no contar con la fuerza pública (policiaca) suficiente para desalojar a las colonos de la Humberto Vidal, lo cual significa que, si contara con un grueso contingente de granaderos, no se tentaría el corazón para sacar a garrotazos y a punta de pistola, lo mismo a niños que a mujeres y ancianos. ¡Dios nos guarde de que algún día Higinio y el PRD tomaran la gubernatura del Estado de México, y peor aún la presidencia de la República!

5) Mientras tanto, Higinio, el adalid de las causas populares, no tiene el menor empacho en pronunciarse por negarle el agua y el servicio de drenaje a los colonos de la Humberto Vidal. Y lo hace, claro, sin ocultar que él es el verdadero poder tras el trono en el municipio de Texcoco y quien decide estas monstruosidades, suplantando por entero a la alcaldesa, profesora Delfina Gómez.

En síntesis, el paso del tiempo deja más en claro que Higinio y la mayoría de los perredistas texcocanos, sólo en el discurso son progresistas; son una izquierda cada vez más asimilada a las mieles del poder (nadie ignora las grandes riquezas y propiedades de Higinio), que se vuelven cada vez más insensibles y se divorcian cada vez más, también, de los verdaderos intereses del pueblo.

Tanto es así, que si hubiera omitido el nombre de ese señor y sólo hubiera citado las frases de su declaración, cualquier juez objetivo e imparcial, habría calificado de reaccionario y ultraderechista al declarante.

Ni modo, don Higinio, son las consecuencias de no haber estado nunca verdaderamente comprometido con el pueblo.

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